Toc Toc

Toc Toc DE LAURENT BAFFIE ACTO 1 (Se abre el telón, dejando ver una sala de espera. En ella, seis sillas y una mesa baja de gran tamaño con revistas y algún que otro libro. Al fondo, una gran estantería llena de libros y objetos decorativos. Muy cerca, una chimenea.) En la única silla ocupada se encuentra FRED, que está ordenando varios documentos en un maletín de cuero situado a sus pies. Tras guardarlos, Fred extrae del maletín un cuadernillo de crucigramas. De repente, con un espectacular espasmo, Fred mira al público y lanza un gesto obsceno sacando el dedo prohibido. -FRED: "¡Qué jodido esto!” (Fred relaja el gesto y se concentra en su crucigrama. En ese momento entra CAMILO, un treinton en ropa de deporte, preso de una agitada respiración.) -CAMILO (recuperando el aliento): … Buenas tardes. (Fred le saluda con un gesto de la cabeza.) Perdone que llegue sin aliento, pero es que he subido por las escaleras. ¡4 pisos! 88 escalones con exactitud y un desnivel de 22-23 metros, grosso modo, que he conseguido hacerme en 28 segundos y 73 centésimas. A mi edad no está tan mal, ¿no? -FRED (hace un gesto como tosiendo): “¡HIJO DE TU PEPA MADRE!” -CAMILO: ¿Perdone? (Pausa) ¿Podría repetir? (Pausa) ¿Me lo imagino o acaba de insultar a mi santa madre? -FRED: No, no. Le ruego que me disculpe. No lo hago adrede. -CAMILO (acercándose a Fred, amenazante): ¿Cómo que no, si me acabas de pedir perdón por llamar zorra a mi madre? ¿A ti nunca te han roto la cara, verdad? -FRED: Por favor, le pido de nuevo que me disculpe. Soy una simple víctima de lo que los especialistas llaman el “Síndrome de Tourette”. Lanzo insultos y gestos obscenos a la gente sin querer. Se me escapan por la boca sin control. -CAMILO (incrédulo) : ¿Me quieres tomar el pelo? -FRED: No, no, le juro que es la verdad. Me pasa desde los 11 años y tengo 73. ¡Si llevo décadas yendo al médico! Pero parece, esta enfermedad no se cura. Aunque a mi edad ya solo quiero… “¡QUE TE VIOLEN!” (Grita) . (Levanta la mano en gesto de pausa) ¿Lo ve? ¡Me sale solo! -CAMILO (mirándolo con pena): Vaya, pobrecillo. (Pausa) Mire, perdone si he reaccionado mal antes, pero es que no me lo podía imaginar. -FRED: Tranquilo, es normal. Este malentendido me ocurre a menudo. ¡Facil no es! Aunque con el tiempo uno se acostumbra. “¡PÚDRETE MARICÓN!”(carraspea). Lo siento… ¡estoy en pleno ataque! -CAMILO: Ya veo, ya. -FRED: Es por eso que he pedido cita con el Doctor Cooper. Parece que es uno de los mejores especialistas del mundo. -CAMILO: ¡El es el mejor de todos!. Trece meses y medio esperando para que me diera cita. ¡Trece y medio!, 410 días, 9.840 horas, 590.400 minutos, 35.424.000 segundos. El famoso doctorcito se las da de gran señor. (Suspira). Me lo ha dicho también mi médico. Que con su técnica, en una sola sesión, te cura. -FRED: (tendiéndole la mano) Fred, me llamo Fred. -CAMILO (dándole la mano): Encantado. Camilo. -FRED: Encantado de conocerle, Camilo. -CAMILO: (Pausa) Y esto de insultar... ¿cuántas veces le ocurre al día? -FRED: No sé. Nunca me he fijado. -CAMILO: ¿Ah, no? ¡Pues vamos a ver! Tiene 73 años y me ha dicho que le pasa desde los 11, ¿verdad? -FRED:(asiente con la cabeza) -CAMILO: ¿Lo padece hace 62 años y nunca ha tenido la curiosidad de saber cuántas veces lo hace al día? -FRED: (niega con la cabeza) -CAMILO: Mire: en 5 minutos ha tenido 6 espasmos, lo que hacen 72 veces la hora, que multiplicado por 16, porque no cuento las 8 horas de sueño, nos salen 1152 insultos al día. -FRED: (mientras Camilo habla Fred se va sorprendiendo más y más) -CAMILO: Y no he acabado. 1.152 multiplicado por 365, nos salen…¡420.480 insultos al año! -FRED: Hombre, visto así, impresiona mucho. -CAMILO: ¡Y termino! 420.480 multiplicado por 62, contando desde que empezó, hace un total de 26.069.760 insultos y gestos obscenos. -FRED: Ya veo...(se rasca el mentón, preocupado), (Suspira alzando las cejas). Y ¿Qué asunto lo trae por aquí? -CAMILO: Nada, que dice mi mujer que al parecer estoy obsesionado con las cifras. -FRED: ¿Ah sí? No me había dado cuenta. -CAMILO: Escuche: mi TOC, como lo llaman a esto, ¡lo llevo estupendamente! Es mi mujer la que no lo aguanta y ha sido ella la que me ha obligado a venir. Necesito contarlo todo desde que me levanto hasta que me acuesto. Para ella es un infierno, pero para mí es como un hobby. -FRED: Además, ese defecto suyo lo hace alguien brillante porque me he fijado que hace los cálculos “¡COMO EL COÑO!”. Perdón, quería decir… como un rayo. -CAMILO: No se preocupe. (En ese momento entra RENZO, provisto de un maletín de aseo tipo “vanity”.) -RENZO: Buenas tardes. -CAMILO: Buenas tardes. (Renzo entra cautelosamente en la sala de espera, y, armado con unas toallitas, limpia el respaldo de una de las sillas con mucho ajetreo. Camilo se le queda mirando.) -CAMILO: ¿Hay algún problema? -RENZO: No, nada. Es para los microbios. (Abriendo su maletín, saca una toallita y limpia el asiento de la silla antes de sentarse.) -RENZO (a Fred): Perdone, ¿sabe usted dónde está el baño? -FRED: No tengo ni idea, lo siento. -CAMILO (señalando hacia el baño): Creo que es, en el pasillo, la primera puerta a la derecha. -RENZO:(cogiendo un dispensador de jabón de su maletín) Gracias. (Echa a andar hacía el baño.) (FRED y CAMILO esperan, mientras que CAMILO se rasca la cabeza y luego se sienta) … Renzo vuelve del baño. -RENZO: (se sienta en su silla y guarda el jabón en su maletín). Disculpen, ¿no está el doctor? -FRED: No lo sé, estamos esperando.(saca unos documentos y comienza a buscar) -CAMILO: Y llevamos ya 750 segundos. (Renzo se mira las manos, coge el dispensador de jabón y se va al baño.) -CAMILO (susurrando con fuerza): ¡¿OTRA VEZ?! -FRED (mirando en sus documentos) ¡Aquí está! El término exacto "¡COJUDO!"...Perdón, digo.. (Mirando unas fichas) Ya está, lo tengo. Nosofobia. -CAMILO: ¿Nosofobia? -FRED: Miedo exagerado a las enfermedades. -CAMILO: Ah, vale. Oiga y para lo mío, ¿cuál es el nombre? -FRED (mirando en sus documentos) Espere, que lo miro. Lo suyo se llama… Aritmomanía. Un Aritmomaniático. Alguien que no puede parar de hacer cálculos con la mente. -CAMILO (muy preocupado, impactado): Vaya… pues sí que voy a estar enfermo. (RENZO vuelve del baño, se sienta en su silla y guarda el dispensador de jabón en su maletín. En ese momento, entra MARÍA.) -MARÍA (con timidez): Buenas tardes. -RENZO: Buenas tardes. -CAMILO: Buenas tardes. -FRED: Buenas tardes. (María atraviesa la sala de espera y se sienta, sin decir nada, en una de las sillas). -FRED: “¡Qué olor a ramera!” -MARÍA (santiguándose tres veces con rapidez) : ¡Ahhh! Jesús, María y José, ¿pero esto qué es? (Maria se pone a rezar un padrenuestro). -FRED: Perdone señora, le ruego que me disculpe. -MARÍA: ¿Está usted mal de la cabeza? ¿Ha bebido o qué? -CAMILO: Espere, no se ofenda, mujer. Fred es buena gente, pero tiene un problemilla. Suelta lisuras y gestos obscenos sin querer. -RENZO: Ah, sí. Eso es el ‘Síndrome de Tourette’. -CAMILO (à Renzo): ¿Ah, pero lo conoce? -RENZO: Si, un poco. He visto algún que otro documental en la tele donde lo explicaban, (mira a María) ¿usted no?. -MARÍA: No, nunca (a Renzo) ¿Pero es que no está el doctor? -RENZO: Que yo sepa no. Aunque solo llevo aquí dos minutos. -CAMILO: No, no, no, no... ¡4 minutos, 15 segundos! -MARÍA (a Camilo) ¿Es que no está el doctor? -CAMILO: Que no lo sé, señora. Yo he estado trece meses y medio para que me den cita, así que me dan ya igual cinco minutos más que menos. Además está noche no trabajo, voy sin prisa… -FRED:"¡JODER!” (María se santigua de nuevo y se pone a rezar.) -CAMILO: ¿Otra vez? Pero le estoy diciendo que no lo hace adrede, ¿En qué lengua se lo tengo que decir, en Arameo? -MARÍA: ¡Oiga, que yo tampoco, eh! -CAMILO: ¿Cómo? -MARÍA: Que yo tampoco lo hago adrede. -CAMILO (impactado): ¿En serio? Anda que... (En ese momento, entra ALEX) -ALEX: (saludando con la cabeza tímidamente) Buenas tardes. Buenas tardes. -TODOS: Buenas tardes. -MARÍA (a ALEX): ¿Usted también tiene cita con el Doctor? -ALEX: Sí. Sí. -MARÍA: ¿Pero este hombre a cuánta gente le dio cita hoy? -CAMILO: Habrá que apagar las luces para no atraer más bichos raros. -MARÍA: ¡Oh, Dios mío, la luz! Me he dejado las luces encendidas en casa. Maldita sea, qué tonta. (Pausa) ¡Ahhhh! ¡¡¡El gas!!! -CAMILO: ¡¿También el gas?! -FRED: "¡TÓCAMELA!" -MARÍA: ¡Jesús, María y José! -CAMILO: Lo que no quita para que siga siendo buena gente. (a ALEX) no te lo tomes a mal. Fred lanza insultos como una bestia, pero no lo hace queriendo. -ALEX: (incómodo) Está bien. Está bien. -FRED: “¡CARA DE POTO!” -MARÍA: ¡Jesús, María y José! -CAMILO: Y cuando Fred suelta un improperio, aquí la señora se santigua como una posesa. Son complementos. El candado, la llave -ALEX:(a Camilo) Ya. Ya. -MARÍA (lanzándose sobre su bolso y registrándolo): ¡Jesús bendito, mis llaves! ¿Pero alguien sabe a qué hora vamos a pasar consulta y cuánta gente más va a llegar? -CAMILO: No sé, pero quedando solo una silla, a los que vengan detrás habrá que cogerlos en brazos. -RENZO:(con un gesto de desprecio) De eso nada. No he venido yo aquí para que me peguen una micosis o cualquier otra cosa por el estilo. -MARÍA (apartando la mirada de su bolso): Gracias Dios mío, ¡aquí están! Ay Virgen Santa, como alguien toque al timbre en mi casa con el gas abierto, va a ocurrir una catástrofe. -FRED: Perdone, pero… ¿no comprobó antes de salir si estaba el gas cerrado? -MARÍA: Sí, bueno… la verdad es que… tengo la costumbre de comprobarlo siempre. Incluso varias veces. -CAMILO ¿Cuántas exactamente? -MARÍA: No sé ahora, pero bastantes. -FRED: ¿Más de diez? -MARÍA: Uy, muchas más. Yo diría que unas treinta como mínimo. -CAMILO (con un expresivo gesto): Entonces no hay problema, estese tranquila. Si ha comprobado el gas tantas veces, ya está. (En ese momento llega PEP, quedándose de pie en la entradita de la sala de espera. -PEP: Buenas tardes. -CAMILO: Aquí está, ¡la sexta silla! (Todos se giran para mirar a Pep.) -TODOS: Buenas tardes. -ALEX: Buenas tardes. Buenas tardes. -CAMILO: Pasa, pasa sin miedo, que no mordemos…Todavía. -PEP: Eso espero. -CAMILO: AH, Pero antes tengo que decirle algo muy importante. Acá el caballero se llama Fred, es buena gente pero tiene un problemita: Lanza insultos como una bestia, pero lo hace sin querer. -MARÍA: ¿Y usted también tiene cita con el Doctor Cooper? -PEP: Sí, claro. (Silencio y después de unos segundos Camilo mira a Pep) -CAMILO: ¿No quieres entrar? -PEP: Sí, me encantaría. -CAMILO: Pues venga, pasa, tienes una silla esperándote. -PEP: Ya, pero… con estas líneas. -CAMILO: ¿Qué líneas? -PEP: El dibujo del suelo. Yo nunca piso una línea cuando camino, nunca. Y aquí está todo lleno. -CAMILO: Pues sáltatelas. Solo tienes 172.Toma, coge mi silla, así acortas camino. (Pep entra en la sala de espera subiéndose al zócalo de la chimenea. Después trepa a una de las estanterías, coge un libro y lo tira al suelo. Tras un breve instante, Pep da un salto sobre el libro y rebota subiéndose a la silla que le ha colocado Camilo, cual canguro.) -CAMILO: ¡Qué máquina! Impresionante. -FRED: Juventud, divino "LA MAMADA" Perdón, digo tesoro… -CAMILO (acercándose a un distribuidor de agua) ¡Esto se anima! ¿Alguien quiere un vaso de agua? -PEP: Yo. -MARÍA: Ay, Virgen del Carmen, ¡el agua! Ahora sí que sí, seguro que me he dejado abiertos los grifos de la cocina. Señor, cuando llegue a casa… ¡la inundación! -CAMILO: No, mujer. Con un poco de suerte ya habrá explotado antes todo con el gas. (Le pasa el vaso a Pep) -FRED: ¿No ha comprobado usted los grifos antes de salir? -MARÍA: Sí, claro, varias veces. Pero aun así tengo miedo de haberme dejado alguno abierto. (María se pone a registrar su bolso, comprobando si tiene las llaves de casa. En ese momento aparece en la sala de espera LA AYUDANTE DEL DOCTOR, saliendo por una puerta que da a un pasillo. Va vestida con una bata blanca.) -LA AYUDANTE: Buenas tardes. -FRED: “¡LA MUY ZORRA!” -LA AYUDANTE: Disculpen, pero he tenido una llamada más larga de lo habitual. -FRED: Perdón, ¿usted es el “Doctor Cooper”? -LA AYUDANTE: No, yo soy su ayudante, Anna. -MARÍA: Mire señorita, yo he llegado cuarta ya, pero estos caballeros han tenido la amabilidad de dejarme pasar la primera, porque es muy posible que haya salido de casa sin haber cerrado correctamente el gas. Y seguramente tampoco he cerrado el agua. -LA AYUDANTE (a María): Vale. Muy bien. -RENZO (atónito): Ah, o sea que yo también la he dejado pasar, ¿no? -MARÍA: Si claro, gracias papito -LA AYUDANTE: Quisiera disculparme, lo siento, pero yo no dispongo de información sobre el método del Doctor. Todo lo que les puedo decir es que su vuelo se ha retrasado en Londres debido a la niebla. Y como no consigo contactar con él, no sé si se encuentra todavía en el avión o viene de camino en un taxi. Y ahora discúlpenme, pero tengo que estar pegada al teléfono. En cuanto sepa algo, les informo. (La Ayudante abandona la sala de espera, cerrando la puerta del pasillo tras ella). -MARÍA: Virgen Santa, como me haya dejado todo abierto en casa, ¡me van a comer las facturas! -CAMILO: ¿Quiere que le calcule el gasto? -TODOS: ¡No! -CAMILO: Vale, vale, ¡entendido! -PEP (a Camilo, señalando su silla): ¿Le importaría cambiarme el sitio? -CAMILO: No, hombre, me da igual. (Se cambian de silla) -PEP: ¿Y cuánto cree usted que tardará el avión en llegar? -CAMILO: Una hora si el taxista es negado, tres cuartos si es normal y media hora si se llama Camilo y es premio nacional. ( levanta la mano con un dedo sonriendo) -PEP: Si es media hora no es tanto. -RENZO: Perdonen, ¿les importa que airee un poco la sala? . Porque no veo muy sano que seis personas respiren en la misma habitación, aún menos en pleno invierno con tanta gripe, bronquitis, laringitis. Ahh… (Abriendo la ventana) Solo dos minutos. Luego vuelvo a cerrar. -FRED: ¡IMBESIL, IMBESIL, IMBESIL!” -MARÍA: ¡Jesús, María y José! -CAMILO: Bastante rato ha aguantado. (Con los pies encima de sendas revistas, Pep se acerca a la biblioteca y ordena varios objetos decorativos.) -CAMILO(A Pep): ¿Pero qué haces? -PEP: Nada, dándole armonía al conjunto. ¿A nadie le molesta el desorden? -CAMILO (mirando la biblioteca): ¿Qué desorden? -PEP: ¿No ven que no está simétrico? (Pep hace un gesto simétrico con sus manos, enseñando su peinado, donde destaca una raya al medio también perfectamente simétrica). -CAMILO: Anda que ¡para joder si tienen talento! (A Fred). Como el doctorcito nos tenga que ver uno a uno, nos vamos a pasar aquí toda la tarde. A mí me da un poco igual, pero hay gente a la que no. -ALEX: No, no. Yo no tengo la tarde entera, ¿eh? No, no. Yo no tengo la tarde entera, ¿eh? -RENZO: Yo tampoco. -CAMILO: Haber, Haber. Calma y relajo… --ALEX: ¡ajo, ajo, ajo, ajo, ajo¡ (Camilo lo señala con un dedo riéndose mientras que Alex sonríe avergonzado y se cubre el rostro) -PEP: Miren, ¿saben lo que tendríamos que hacer? -CAMILO: ¿Qué? -PEP: Una ronda de presentaciones. -MARÍA: ¿Dios Santo y eso por qué? -PEP: Porque creo que lo vamos a tener que hacer delante del doctor. Así que, si lo hacemos ahora, además de ganar tiempo nos conoceremos un poco mejor y no estaremos tan tensos delante de él. -CAMILO: Pues no es ninguna tontería. ¿Está usted de acuerdo, Fred? -FRED: Si, sólo hay que presentarse… -CAMILO: A ver, ¿quién empieza? -PEP: Va, yo mismo. Bueno, pues me llamo Pep. (Gritando) ¡P.E.P.! -FRED: ¡CAPULLO!” -PEP: Pues repito: Pep, 29 años, soy diseñador de videojuegos y sufro varios TOCS desde la adolescencia. Los más importantes son mi incapacidad total para caminar por encima de las líneas y mi fascinación por la simetría y el orden. ¿Vale? , ¿a quién le toca? (Nadie se anima). -CAMILO: ¿Y si lo hacemos por orden de llegada? -FRED: Entonces me toca a mí. Va. (Pausa) Me llamo Alfredo, pero mis amigos me llaman Fred, aunque no me queden muchos. Tengo 73 años y sufro desde niño el ‘Síndrome de Tourette’. Como además este TOC es el único que no tiene cura definitiva, solo me queda la esperanza de que el doctor sea una “¡BASURA, BASURA, BASURA!. En fin, que sea una eminencia como dicen y consiga disminuir en cierta medida mis ataques. Eso es todo. ( a Camilo) Siga, por favor. -CAMILO: Bueno, pues nada, ¡vamos allá! Yo me llamo Camilo… CA-MIL-O (RENZO se levanta de golpe, con su dispensador de jabón en mano y se va al baño.) -CAMILO: ¡Gracias, simpático! -CAMILO: Ya que, como decía, Me llamo CA-MIL-O…(hace una pausa y retrocede abriéndose su casaca y mostrar su polo con lo siguiente: K-1000-0) CA-MIL-O CA-MIL-O.. Que tal ¿EH?.. Tengo 38 años, soy taxista y mi problema es... bueno el problema de mi mujer, porque yo lo llevo estupendamente bien, es que a mí me gusta contarlo todo. Con lo cual, visto mi nivel actual de calculitis, tengo dos opciones. O me calmo un poco, o mi mujer pide el divorcio después de 25 años de casados. Eso es lo que hay. -PEP: ¿Cuantos días son 25 años? -CAMILO: 9.125. -PEP (silbando, muy sorprendido) ¿Y cuantos minutos? -CAMILO: 32.850.000. Y eso no es nada. Lo que a mí me pone de verdad, es hacer cálculos mucho más complicados pero bueno, va, ¿a quién le toca? (RENZO vuelve del baño.) -MARÍA (refiriéndose a Renzo) ¡A él! (Renzo guarda en su maletín el dispensador de jabón.) -CAMILO: Bueno, acabo de confesar que cuando hablo, lanzo flemas asesinas. ¿Cuál es tu nombre? CAMILO. CAMILO. CAMILOLOLOLO (toca su garganta y la mueve en la última silaba) (Renzo grita alejándose) -PEP (a Renzo) Bueno, haber, vamos a calmarnos… Su turno, Renzo. -RENZO: ¿Ya? Muy bien. (Pausa) Pues bueno, yo me llamo Renzo…Soy auxiliar de laboratorio, tengo… bueno, cuarenta años… -CAMILO: Grosso modo. -RENZO:…y me dan pánico los microbios y las enfermedades. Alguna gente me dice que soy demasiado somático, pero cuando se oye lo que se oye y se lee lo que se lee, yo me digo que hago muy requetebién en preocuparme. Lo único es que, como me angustio un montón, mis amigos insistieron en que fuera al médico. Y así, de consulta en consulta, se me recomendó finalmente al Doctor Cooper, que dicen es el mejor especialista para mi caso. -MARÍA: Sí, sí, ¡una eminencia! Y, ¿A que edad empezó su problemilla? -RENZO: Uy, lo he tenido toda la vida. Pero creo que se me acentuó, yo diría, hace unos… veinte años. -FRED: “AÑO , ANO, ANAL, ¡CERITO RECTAL!” -CAMILO: (se ríe) Impresionante frasecita Fred “Año, ano, anal, cerito rectal” (María se santigua sin parar.) -CAMILO (a María): Asu, ya llego la monja.., señora, apúrese, apúrese que le toca. -FRED: ¡Camilo, dijimos que burlas no! -CAMILO: Que no es mala leche, que es coña. -FRED (a María): María, la escuchamos. -MARÍA: Hmmm…Yo estoy aquí por una amiga que no ha podido venir. -CAMILO: ¿A si? ¡Qué casualidad! Porque yo conozco a su amiga y me da que ella y usted se parecen como dos gotas de agua. -MARÍA: (pausa) Dios mío, ¡el agua! ¡El agua se está saliendo de mi casa! -PEP: Cálmese, por favor. Todo está bien. -MARÍA: Señor ayúdame en este momento…(pausa) Ay gracias señor. -FRED: (a María) Se lo ruego señora, preséntese, por favor. -MARÍA (respirando profundamente) Yo… me llamo… María… -CAMILO: Que casualidad -MARÍA: Y si estoy aquí es porque tengo una muy mala manía que, según mi médico, ha degenerado en… un TOC, de esos de ustedes. -PEP: ¿Qué manía? -MARÍA: Lo compruebo todo cada vez….chau. -RENZO: ¿Pero todo, el qué? -MARÍA: Pues para empezar, mi bolso. Luego, cuando salgo de casa, compruebo varias veces si he cerrado bien con llave todas las cerraduras. Y lo mismo hago con el gas, la luz y el agua. -CAMILO: ¿Tiene el nombre de eso, Fred? -FRED: Sí, claro. (Busca en sus fichas) Lo llaman TOC de verificación, todo un clásico. Pero por lo que he leído se cura bastante bien. -CAMILO: ¿Lo ve? Nada grabe, mujer. -RENZO (a ALEX) Niño, sólo quedas tú. -ALEX: No, no, yo no. No, no, yo no. -PEP: Pero si todo el mundo lo ha hecho, hasta Fred y María. -ALEX: Ya. Ya. -RENZO: Pues dentro de un rato, delante del Doctor, no te va a quedar más remedio. -ALEX (tras respirar profundamente y asentir con la cabeza) Me llamo Alex, de Alexander, y… algo me pasa en la cabeza que me obliga a repetirlo todo. (Todos se disponen a hablar, pero Alex vuelve a tomar la palabra.) Me llamo Alex, de Alexander, y… algo me pasa en la cabeza que me obliga a repetirlo todo. -PEP: ¿En serio? ¿Y te pasa mucho? -ALEX: Pues todo el rato. Pues todo el rato. -CAMILO: ¿Pero lo repites todo dos veces? -ALEX: Sí. Y a veces también repito las últimas sílabas de lo que dicen los demás. Sí. Y a veces también repito las últimas sílabas de lo que dicen los demás. -PEP: ¿Y qué pasa si no repites algo? -ALEX: Tengo miedo de morirme. Tengo miedo de morirme. -CAMILO (a Fred) : Mire a ver si esa cosa está en sus fichas, Fred. -FRED (mirando sus documentos): Dos segundos. -PEP: Si se fijan, la ventaja de decirlo todo dos veces, es que queda súper simétrico. ¡A mí me encanta! -ALEX: Ay, pues gracias, eso me anima. Ay, pues gracias, eso me anima (con sonrisa tímida). -FRED: Ya está. Lo encontré. Palilalia y Ecolalia. -CAMILO: ¡Estos le ponen nombre a todo! (La Ayudante entra en la sala de espera.) -CAMILO: ¿Alguna novedad? -LA AYUDANTE: Lo siento, pero aún no he conseguido localizar al Doctor. -MARÍA: Un año de espera para esto. Me parece imperdonable. -PEP: Sí, la verdad es que lo veo muy irresponsable -ALEX: ¡able-able-able-able! -LA AYUDANTE: He podido sin embargo hablar con la agencia y me han dicho que el avión ha despegado con el Doctor dentro. -PEP: ¿Hace cuánto? -LA AYUDANTE: Eso no me lo han dicho. Pero como mucho el vuelo durará cincuenta minutos. -CAMILO: Tres mil segundos. -FRED: “¡PEDAZO DE CABRÓN!” -CAMILO: Se está pasando ya el doctorcito con tantos aires de grandeza. -LA AYUDANTE: Si me disculpan, tengo que estar pendiente del teléfono. (La Ayudante abandona la sala de espera. Renzo se acerca a abrir la ventana.) ACTO 2 (Entra en la sala de espera la Ayudante del Doctor.) -LA AYUDANTE: Por fin he podido contactar con el aeropuerto. -TODOS: ¡Menos mal! -LA AYUDANTE: Pues miren, el avión del doctor ha aterrizado en Barajas, pero está bloqueado en pista por culpa de una pasarela averiada. -ALEX: ¿Una pasarela averiada? ¿Una pasarela averiada? -FRED: “¡CONCHALE VALE!” -CAMILO: Pues sí, Fred, menuda jodidera. -ALEX: Jodidera, jodidera. -MARÍA: ¿Esto quiere decir entonces que el Doctor no pasará consulta esta tarde? -LA AYUDANTE: No señora, el Doctor va a venir. Pero de aquí a una hora, o quizá dos. -ALEX: Me parece lamentable que se juegue así con los pacientes. -LA AYUDANTE: Lo siento, pero son causas ajenas a la voluntad. El Doctor es el primer indignado con este contratiempo. -CAMILO: ¿Contratiempo? ¡Una vergüenza, eso es lo que es! No se da una cita tan importante a seis personas, cuando se sabe que se va a llegar en el último minuto y encima del extranjero.… ¡mírenos!. Seis gilipollas aquí esperando en esta pocilga. -MARÍA: Escúcheme bien, señorita. Yo me voy. Pero dígale usted a su doctorzucho que tendrá noticias mías. Un año de espera para acabar así… ¡es indecente! -ALEX: ¡Ente, ente, ente, ente! -RENZO: También tendrá noticias mías, créame. Porque aunque yo no soporte los virus, ¡pienso infectarle su página web! -FRED: Al ‘Gran Doctor Cooper’, al mejor especialista del mundo, a la eminencia… le dice de mi parte que es… ¡un farsante! -LA AYUDANTE: Sinceramente no sé qué decirles, excepto que la paciencia… -CAMILO: … es la madre de la ciencia, ya. ¡Con un refrán no lo arreglas, hermosa! (Angustiada, la Ayudante abandona la sala, rauda y veloz) (Un silencio. Todos se miran, apenados) -ALEX: Yo me voy. Yo me voy. -RENZO: Yo también. -PEP: ¿En serio? ¿Pero,… por qué? -ALEX: Porque si va a tardar dos horas, se me va a hacer muy tarde. Porque si va a tardar dos horas, se me va a hacer muy tarde. -PEP: Bueno, yo también me voy. -CAMILO: Pues si todo el mundo se larga, yo…Fred, ¿usted qué va hacer? -FRED: Sinceramente, no lo sé. Me habían convencido con eso de la terapia de grupo, pero… si ahora todos se van… -CAMILO: Yo no. ¡Si usted se queda yo me quedo! (violento). Tengo curiosidad por saber lo que va a decirme el Doctor Cooper. Y como no salga convencido de la consulta, que se prepare, ¡porque de ésta no le salva ni la caridad! -FRED: En ese caso, me quedo con usted, aunque solo sea para evitar que haga una tontería. -CAMILO: (se da unos golpecitos en la espalda) Muchas gracias, hombre. -FRED: Por curiosidad, ¿Alguien sabe qué es lo que se hace exactamente en una terapia de grupo? -PEP: Muy sencillo. Al principio todo el mundo se presenta, expone su problema y luego se trabaja individualmente, por tandas. -FRED: ¿Por tandas? -PEP: Sí, durante un intervalo de tiempo todo el grupo se centra en una persona. -RENZO: Sin tocarse, espero. -CAMILO: Señor, que no es una orgía. (Suspira y mira a Pep) Espera, espera. Si lo he entendido bien, ¿en las terapias esas el grupo es el médico? -PEP: Totalmente. El doctor orienta la sesión, pero todo el mundo participa. -CAMILO: (aplaude fuertemente) Estupendo, entonces. ¿Por qué no lo hacemos? -MARÍA: Perdone, ¿bromea usted? Nosotros no somos terapeutas. Y aunque todo el mundo participe, el doctor suele estar presente para guiar a los pacientes… un poco como el pastor guía a su rebaño. -RENZO: Estoy completamente de acuerdo. No creo que seamos capaces de realizar esto sin un profesional presente, aquí. -FRED: Tiene usted toda la razón, Renzo. (Fred coge a Renzo de la mano amistosamente. El grita y se va al baño, raudo y veloz) -CAMILO: Bueno, ¿qué? ¿Se hace o no? -PEP: Por mí perfecto. Total, no tenemos nada que perder. -CAMILO: Bien dicho, ¿Usted Fred? -FRED: Escuchen, a mí los grupos siempre me han dado pavor, pero con ustedes cinco no me importa intentarlo. -CAMILO: Bien dicho, Fred (a Renzo, que está en el baño) ¡Renzo! ¡Si se queda, le dejo hacer limpieza general! -RENZO (asomando la cabeza por la puerta de baño): No lo sé… siendo franco no tengo fe en este tipo de cosas. -CAMILO: Venga hombre… -RENZO: Alex, ¿tú qué haces? -ALEX: Si todos se quedan… yo me quedo. Si todos se quedan… yo me quedo. -PEP (a Renzo): Va Renzo, un poco de valor. Ahora nos conocemos mejor que antes y estamos en confianza. -RENZO (saliendo del baño): Vale, de acuerdo, lo voy a intentar. -CAMILO: Genial. (A María, masajeándole los hombros y tarareando) “María-María”, “llena eres de gracia”, “sólo queda usted”... (María saca del bolso un objeto que da descargas eléctricas y se lo asesta a Camilo en la mano.) -MARÍA: Los halagos conmigo son inútiles. ¡Jamás me quedaré! Esto de la terapia es un simulacrucho de consulta y san se acabó. -FRED: “¡PEDAZO DE GUARRA!” -MARÍA: Cuando yo digo que no, es que no y que no. -CAMILO: ¿Pero por qué, a ver, por qué? -MARÍA: ¡Porque no me gusta el ambiente! Entre Fred que “no lo hace adrede” y usted que se comporta como le da la gana y quiere, parece que estuviéramos en un bar de esos del hueco y no en la consulta del médico. (Camino la mira, con risa guasona.) -PEP: Y si Camilo hace un esfuerzo, ¿haría usted también el esfuerzo de quedarse? -MARÍA (ajustándose su pañuelo al cuello): Hmmm… -RENZO: Una cosa, Las sesiones de grupo, ¿cuánto duran? -PEP: Una hora más o menos. -MARÍA: ¿Lo ven? Lo siento, imposible. (María se levanta de la silla, avanzando hacia la puerta de salida.) -CAMILO (reteniéndola): María, María, María... ¿Y dices, Pep, que al principio, el grupo entero se presenta exponiendo su problema? -PEP: Sí, es como un ritual básico antes de comenzar con el “trabajo” en sí. -CAMILO: ¡Pero si es perfecto! Nosotros ya hemos hecho las presentaciones y cada uno conoce de sobra el problema de los demás. Si entramos directamente al tema, en media hora estamos en la calle. ¿No les parece? -MARÍA: Miren, no es para hacerme de rogar, pero… -CAMILO: ¡Entonces, acepte!. Tres minutos, mujer. ¡Menos que un padre nuestro! -MARÍA: Bueno, está bien. ¡Me rindo! -TODOS: ¡Bien! -PEP: Muy bien, durante tres minutos todo el grupo se centrará en una persona, para ayudarla a desbloquear su problema. -FRED: Digamos que cada uno tiene que enfrentarse a su TOC delante de los demás, ¿es eso? -PEP: Exacto. Ese es el principio. -CAMILO: ¿Lo hacemos? (Todos se miran) ¿Lo hacemos? -TODOS: ¡Lo hacemos! -CAMILO: (Camilo toma una silla y la coloca al centro de la sala) ¿Lo hacemos por orden de llegada? -FRED: Bien, el primero que se tire a la piscina (se sienta en la silla del medio) -CAMILO (a María): ¡Piscina, agua, sus grifos! (ríe) (María se levanta para irse, alterada, pero vuelve a sentarse retenida por Camilo.) -FRED (a Pep): ¿Qué es lo que tengo que hacer? -PEP: Es fácil. Durante tres minutos tiene que evitar los insultos y los gestos obscenos. -FRED: Miren, a mi edad, yo ya no creo en milagros. Pero por intentarlo que no quede. ¿Alguien tiene un reloj? -CAMILO: ¡No hace falta! (señalándose la cabeza). ¡Cronómetro a punto! -FRED: “¡ME CAGO EN TODO LO QUE SE MENEA!” -MARÍA: Pues empieza estupendo. -FRED: Perdonen, es el estrés. -PEP: Ánimo Fred, que estamos con usted. -FRED“¡GILIPOLLAS!” -MARÍA: Me parece que el experimento este se está quedando corto muy rápido. -FRED: ¡¡¡VIBRACIÓN, VIBRADOR!!! (con un gesto obsceno) Me parece que no deberíamos haber comenzado por mí. El grupo va a acabar con la moral por los suelos. -MARÍA: Madre santa…(se toca el pecho) -FRED (A Camilo): ¿Cuánto tiempo me queda? -CAMILO: Un minuto, 45 segundos. -RENZO: Qué pena, si el Doctor nos viera… ¡Somos un desastre! -FRED: “¡CACA, POTO, PEDO, PIS!“ -CAMILO: Fred, hombre, conténgase. Intente concentrarse. -FRED: “¡ATONTADO!” -CAMILO: Ese ha estado mejor, mucho mejor. Treinta segundos. -FRED: “¡A MAMARLA!” -PEP: Vamos, usted puede. -FRED: “¡ZORRA!” -MARÍA: ¡Hala, el broche de oro! -FRED (à María): Lo siento mucho, pero si le pido disculpas Camilo va a reñirme. -MARÍA: Tranquilo, que “me voy acostumbrando”. -CAMILO: ¡Atentos! Cinco, cuatro, tres… -FRED: “¡CHINGA TU MADRE!” (con gesto obsceno) -CAMILO: (hace un gesto de tiempo y sonido de pito) -FRED: Ya les había avisado, que conmigo no hay manera. Bueno, ¿quién es el siguiente? (Fred se levanta y se coloca en el lugar donde estaba antes. -CAMILO: Venga, ahora yo. Tengo que evitar hacer cálculos durante tres minutos. Tres, dos, unos… ¡ya! (Largo silencio) Pero digan algo que me voy a pasar aquí las horas muertas. -RENZO: ¿Y qué quiere que digamos? -CAMILO: No sé, cosas que me fuercen a calcular, para que yo me resista. -FRED: ¿Doce por doce? -CAMILO: ¡Ciento cuarenta y cuatro! -MARÍA: Bravo. A eso lo llamo yo resistir. -CAMILO: Bueno, venga, me concentró. -FRED: ¿La fecha del primer rey de España? -CAMILO: ¡No había nacido! -MARÍA: ¿Comunidades autónomas en España? -CAMILO: ¡Nunca he salido de Madrid! -FRED: Bravo Camilo, estoy impresionado. -ALEX: ¿Su cumpleaños? ¿Su cumpleaños? -CAMILO: 12 de noviembre de 1941…Venga, que a la tercera va la vencida. -PEP: ¿Los enanitos? -CAMILO: ¡Sie… si es que no tenéis imaginación! Ya puestos. -RENZO: ¿Paracetamol? -CAMILO: Quinientos. -ALEX: ¿Pi? ¿Pi? -CAMILO: 3,1416. -MARÍA: ¿Los mandamientos? -CAMILO: Diez. -PEP: ¿Los cerditos? -CAMILO: ¡Tres! ¡¡¡Basta, se acabó, paren!!! (se incorpora de la silla bruscamente) ¡Os estáis pasando! -FRED: ¿Ya se ha acabado el tiempo? -CAMILO: ¿Qué más da, no ven que no funciona? María tenía razón, esto no es una terapia, ¡esto es un cachondeo! -PEP: No hombre, ¿por qué dices eso? Todos hemos visto que has hecho un gran esfuerzo. -CAMILO: ¡¿Esfuerzo?! ¿Aquí la calculadora con patas que no se puede concentrar ni diez segundos? Y encima la cago con los tres cerditos. ¡Tres! ¡Es humillante! ¿Bueno qué, qué hacemos? Yo si os queréis ir todos, ¡adiós muy buenas! Fred y yo nos echamos un ajedrez y aquí no ha pasado nada. -RENZO: ¿Pero es que yo no voy a tener derecho a mí terapia? -CAMILO: Que no, que esto no funciona ni a la de tres. -PEP: Espera, hombre. Porque no haya funcionado contigo no quiere decir que no vaya a funcionar con los demás. -CAMILO: Oigan, que no quiero cortar el rollo, ¿eh? Que aunque no me crea ya nada, si hay que seguir, se sigue. No seré yo el que desanime al personal. -PEP: Bueno, va, ¿a quién le toca? -CAMILO: Al tonto que pregunta. -RENZO: (se sienta en la silla): De eso nada, me toca a mí. (Tras sentarse, se mira Inmediatamente las manos y se levanta de golpe para irse directa al baño.) -TODOS: No, no, no, no, no, no, no. -PEP: Tiene que estar tres minutos sin lavarse las manos. -MARÍA: ¡Y sin abrir la ventana! -CAMILO: Exacto. Gracias María (un silencio) ¿Listos? ¡Ya! (Camilo se mira las manos). ¡Anda! No sé dónde habré metido las manos, pero las tengo más sucias que nunca. -PEP: Pues mira, yo también. -FRED (mirándose las uñas): Y yo. -ALEX: (se mira las uñas y se mete un dedo en la nariz) ¡Ahg, pero si tengo las uñas negras! ¡Ahg, pero si tengo las uñas negras! -MARÍA (mirándose las uñas): ¡Qué horror, me huelen fatal los dedos! -RENZO: No, no, es demasiado. ¡No puedo! (Renzo se levanta y se va al baño.) -CAMILO: Ya les dije que esto no funciona. María tenía razón. -MARÍA: Sí, pero yo ahora prefiero que lo hagamos hasta el final. -RENZO (gritando endemoniado): ¡¡¡El jabón!!! -ALEX (cogiendo el jabón del maletín de Renzo, agachándose): Ya voy… Ya voy… -MARÍA: El pobre, debe sentirse fatal. -CAMILO: Seguro debe estar hecho polvo. -FRED: Bueno, al menos Alex está con él. (Alex y Renzo vuelven de baño) -FRED: ¿Todo bien, Renzo? -RENZO: Sí, bueno… solo que he explotado muy rápido. (Alex le pone la mano en la espalda, Renzo grita) ¡Ahhh! -PEP: No pasa nada. Va, otra vez. -RENZO: Si, pero les suplico que no me digan cosas tan fuertes. -FRED: De acuerdo. Solo le pido que me deje tocarle una vez las manos, porque las mías están muy pero que muy limpias. (poniendo sus manos encima de las de Renzo). -ALEX (con el mismo gesto de las manos) Las mías también. Las mías también. (Renzo se queda inmóvil en su silla, algo tensa.) -PEP (con el mismo gesto de las manos): Y las mías. -MARÍA (acercándose, con el mismo gesto de las manos): Y las mías. -CAMILO: ¡¡¡Y las mías!!! (Camilo le pone las manos en toda la cara y a Renzo le da un ataque y se va corriendo al baño, completamente desestabilizado. Todos lanzan a Camilo miradas asesinas, antes de volverse cada uno a su sitio con resignación.) -CAMILO: ¿Lo ven? Él es peor que yo. No se ha podido concentrar ni diez segundos. -PEP: Yo la entiendo. A mí con las líneas me pasa igual. -CAMILO (murmurando): ¿Qué hacemos cuando vuelva, pasamos al siguiente? -FRED: A mí me parece que habría que darle una última oportunidad. -CAMILO: Vale, pero ¿qué le hacemos? -ALEX: (sacudiendo las manos en el aire) ¿Y si hacemos esto? ¿Y si hacemos esto? -PEP (sacudiendo las manos en el aire): Pues no está mal. -CAMILO: ¡Excelente! (Los cinco se ponen a sacudir las manos en el aire. María se une la última, imitando al resto. Renzo vuelve del baño y se topa con el grupo. Tras quedarse paralizado por un instante, pega un grito histérico y se vuelve al baño.) -CAMILO: Esto es ya claramente una sesión de humillación. Bueno, ¿seguimos o qué? -PEP: Si. María, le toca. -ALEX: Le toca María. Le toca María. -MARÍA: Dios mío, ¡me temo lo peor! (María respira profundamente y aprieta su bolso contra su pecho, sentándose en la silla) A ver, ¿qué tengo qué hacer? -PEP: Tiene que estar tres minutos sin comprobar nada. -FRED: “¡LAME !” -MARÍA (santiguándose): -ALEX: Y sin santiguarse, ¿eh? Y sin santiguarse, ¿eh? -CAMILO: Exacto. ¡Prohibido el tricotaje! (se santigua, imitando a María). Preparados, listos, ¡ya! ¿Tiene o no tiene las llaves de casa? -MARÍA (con mucho carácter): Claro que las tengo. -FRED: ¿Está segura? -MARÍA: Cien por cien segura. -ALEX: ¿Segura? ¿Segura? -MARÍA: Segura. Segura. -RENZO: ¿Pero lo ha comprobado? -MARÍA: Sí, un montón de veces. -PEP: Ya, pero a veces creemos que lo hemos comprobado y finalmente las llaves no están en el bolso. -CAMILO: Y a veces pillamos el llavero que no es, por equivocación. -FRED: O reconocemos el ruido, pero al final es otra cosa. -ALEX: Como un collar o monedas sueltas. Como un collar o monedas sueltas. -CAMILO: Sin las llaves, a ver cómo abre usted la puerta de su casa. A ver que más ha dejado abierto… (Animando a los demás con un gesto). -PEP: … o el gas… -RENZO: … la luz… -FRED: … y el agua… -ALEX: Se inunda todo. Se inunda todo -CAMILO: Hasta que el piso explota. -MARÍA: ¡No, por Dios, mis llaves! (lanzándose como una loca a registrar en su bolso) San Antonio bendito, acepta mis súplicas, ¡que encuentre mis llaves! (En ese momento, a María le da un ataque tan fuerte, que termina estirándose en la silla cual parturienta, como faltándole el aire.) -CAMILO: ¡Se nos pone de parto! -FRED: Pep, rápido, ¡un vaso de agua! (Pep se va corriendo al distribuidor de agua) Renzo, abra la ventana. -RENZO: ¿En serio puedo? (yéndose a la ventana) RESPIRA, RESPIRA, RESPIRA, RESPIRA…(saca y mete su cabeza) -CAMILO: ¡Rápido, venga! -RENZO: RESPIRA, RESPIRA, RESPIRA, RESPIRA (saca y mete su cabeza) -FRED (A María): Respire profundamente. -PEP: (Pep le da a Alex un vaso de plástico con agua y este le da de beber) ¿Está usted mejor? -MARÍA: Sí, gracias. -CAMILO (tomándole el pulso): Tiene el pulso a… ¡118! Pero bajando. Venga, respire. -MARÍA: Si bueno, no es la primera vez que me pasa. Según mi médico tengo espasmofilia. Nada grave. -RENZO: Pero la espasmofilia puede degenerar en infarto. -CAMILO: Pues cuando se le han vuelto los ojos en blanco, parecía la niña del exorcista. Pensé que ya estiraba la pata. -MARÍA: Eso le hubiera gustado ¿no? -CAMILO: ¿Pero qué dice? ‘102’. A mí me cae usted bien, aunque yo le caiga mal. Además forma parte del grupo y el grupo es sagrado. ‘88’. ¡El contador desciende! -FRED: ¿Se siente algo mejor, María? -MARÍA: Sí, estoy mejor, gracias. Sigan ustedes, por favor. Porque por lo que a mí respecta el experimento se ha acabado. (Todos se sientan en su sitio. Camilo cierra la ventana.) -PEP (a Alex): Bueno, pues te toca. -ALEX: (colocándose en medio de la sala): ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué tengo que hacer? -FRED (a Alex): Te vamos a hacer preguntas un poco tontas. Pero tienes que responder dando la respuesta una sola vez. -ALEX: Ya, tratare. Ya, tratare -CAMILO: ¡Andando! Preparado, listos… -ALEX:: Solo tres minutos, ¿eh? -CAMILO: Vale, pero… -ALEX: Solo tres minutos, ¿eh? -CAMILO: Bueno, ¡Ya! ¿Cuántos años tienes? -ALEX: Veintitrés. (Se demora y hace un gesto como aguantándose las ganas de vomitar) ¡ Veintitrés.! -FRED: ¿Ahora has hecho un esfuerzo para no repetir? -ALEX: Pues claro. Pues claro. -RENZO: ¿Y dónde vives? -ALEX; En Miraflores. (hace gesto de querer vomitar) ¡En Miraflores.! -PEP: ¿En serio que te es imposible repetirlo todo? -ALEX: Me gustaría no hacerlo, pero… no soy capaz. Me gustaría no hacerlo, pero… no soy capaz. -RENZO: ¿Y eso por qué? -ALEX: No sé, es como… muy complicado en mi mente. No sé, es como… muy complicado en mi mente. -FRED: ¿Nos dijiste hace un rato que tenías miedo de morir? -ALEX: Sí, bueno. Yo o alguien de mi familia. Sí, bueno. Yo o alguien de mi familia. (Se echa a llorar) -MARÍA: Ay, pobrecillo. -RENZO: (consolando a Alex). No pasa nada. Llorar es bueno para desahogarse. Estamos contigo. (le toma la mano a Alex) -CAMILO: Ya. Ya me canse. A ver por favor, voy a intentar algo nuevo pero necesito espacio así que todos salgan ahí, y tu Alex quiero que te concentres y repitas después de mí, pero concéntrate que tu puedes ¿SI?. A ver, repite conmigo: Picapica. -ALEX: (se asombra alegre) Pica-pica….(pausa) ¡Pica-pica.! -CAMILO: Golo-golo…. -ALEX: Golo-golo… (Mira arrepentido a Camilo) golo-golo -CAMILO: Nada, no funciona. -ALEX: No, no funciona. No, no funciona. -PEP: ¿Estás mejor, Alex? -ALEX: No, con esto no hay quien viva. No, con esto no hay quien viva. -RENZO: Ay ya, tranquilo. Un abrazo de amistad (lo abraza y pone una cara de asco total cogiendo su caja y se va corriendo al baño. Desde ahí grita sufriendo) -MARÍA: Tarde o temprano lo superarás, Alex. Hazme caso, mi intuición nunca falla. -TODOS: Si, claro. -ALEX: (Se levanta). Gracias, de verdad. Me emociona mucho que seáis tan adorables conmigo, pero aún así mi problema… no tiene arreglo. Gracias, de verdad. Me emociona mucho que seáis tan adorables conmigo, pero aún así mi problema… no tiene arreglo. -MARÍA: No lo digo para desanimar, Pep. Pero hay que reconocer que, hasta ahora, todos hemos fracasado estrepitosamente. -CAMILO: Oiga, hable por los demás, ¡que yo he resistido diez segundos! -MARÍA (irónica): ¡Uhhh, el Record Guinnes! -PEP: ¿Y en diez segundos qué distancia recorre la luz? -CAMILO: 2 millones 997 925 kilómetros. -PEP: ¡Te pillé! -CAMILO: Pues no, porque no era mi turno. Y además prefiero malograrla con un cálculo así que con … ¡Por los tres cerditos, mierda!...(se agarra la cabeza decepcionado) (Todos se ríen abiertamente.) -CAMILO: Si, ríanse, ríanse…Menos mal que no soy susceptible. -ALEX: (suspira dos veces y se pone a hablar con rapidez): ¿Saben lo que sería genial que pasara ahora? Pues que Pep consiguiera lo que los demás no hemos conseguido. Sinceramente, sería maravilloso a nivel humano que cinco personas que no se conocían hace dos horas, ayudaran a otra a superarse a si misma para acabar de una vez por todas con su maldito TOC. Yo personalmente, si Pep lo consigue aquí y ahora delante de nosotros, yo ya no estaría deprimido por no haberlo conseguido. Sobre todo porque estaría orgulloso de haberle ayudado a ganar su batalla personal. Y eso no solo le daría más confianza a él, sino que también daría esperanza al grupo entero. (Todos se quedan pasmados. Asienten aplauden por lo que dijo Alex). -ALEX: ¿Saben lo que sería genial que pasara ahora? -CAMILO: ¡Atención! ¡Segundo round! -RENZO: A mí personalmente no me molesta que lo repita. Me ha parecido tan bonito… -FRED: Sí, ha sido precioso. Del corazón a la boca directamente. -PEP : Ha sido genial, sí, pero ahora yo estoy bajo presión. -MARÍA (a Alex): Continúa, cariño que yo te sigo escuchando. (A los demás) Tiene gracia que digan que les ha encantado y luego ni caso le hacen cuando repite. -CAMILO: Que lo repita todo, quita el suspenso, pues. -FRED: MANDE UNA ZORRA AL AJI… -MARÍA: Ya lo estaba extrañando… -PEP (a Alex): Gracias Alex, por darme ánimos. Me ha llegado al alma, de verdad. Pero si luego no lo consigo, no me odies, por favor. -ALEX: No te preocupes. No te preocupes. (Alex le toca el hombro amistosamente). Buena suerte. (Le toca el otro hombro). Buena suerte. -MARÍA: Ay ya yay ¡Pan con pan! CAMILO: ¡Celosa! ( le quiere mandar beso volado) -MARÍA: No se atreva… (Camilo le lanza el beso y María lo patea, pero justo ahí, Camilo toca el pecho de Renzo y este corre despavorido al baño como loco. Alex toma su maletín y lo sigue) -CAMILO (toma la silla de adelante y la coloca atrás con las otras, junto con sus libritos) -PEP: Oye, ¿Qué haces? Eso es mío ¡Deja ahí! ¡Deja ahí! -CAMILO: Renzo volverá en exactamente 23 segundos, el tiempo exacto para empezar con tu entrenamiento. ¡Agente Pep! Si acepta su misión, tendrá que pisar todas las líneas que se encuentran aquí en el suelo. Todas. Todas. Todas. Todas. Todas. Todas Las gruesas, gorditas. Las delgas, flaquitas ¡todas! No obstante si usted o alguno de sus compinches son capturados, nuestros servicios negarán haber tenido conocimiento de sus artimañas. Este mensaje se autodestruirá en… tres dos, uno…( coloca su mano como agarrando algo y se dirige a María) ¡BOM! Mierda -MARÍA: (sorprendida agarrándose el pecho, mira a Fred que se ríe) ¿De qué te ríes? -RENZO: (vuelve del baño) : Mucha risa veo yo cada vez que vuelvo del baño, ¿no Camilo? -CAMILO: No, mujer, nos reíamos pero no de usted. -FRED (a Renzo): Es Pep, que tiene que andar sobre las líneas. -PEP: No sé… la presión me está matando. -ALEX: Estoy seguro de que lo vas a conseguir. Estoy seguro de que lo vas a conseguir. -CAMILO: Vamos Pep estamos contigo ¿sí? (le da una palmada a la espalda) (pausa) Va… ¡Pe-ep, Pe-ep! (hace barra a Pep). -FRED: ¡Ánimo Pep, puedes hacerlo! -CAMILO: Por nosotros. -ALEX: Por el grupo. Por el grupo. -MARÍA: ¡Por la Santísima Trinidad! -RENZO: Vamos Pep, puedes hacerlo. -PEP: No puedo. Estoy completamente bloqueado. -CAMILO: Vamos, solo una línea… -ALEX: Venga Pep, hazlo por nosotros. -PEP: Me encantaría, pero… -ALEX: Venga Pep, hazlo por nosotros -PEP: Bueno va, pero una pequeñita... CAMILO: Mejor aquí porque…(señala una línea) -PEP: ¡NO, ESA ES MUY GORDA! (todos siguen gritando Pe-ep y este toma valor, respira y salta gritando a la otra silla, produciendo un silencio) -PEP: Ustedes no me han dado suficientes ánimos… ¡Pe-ep, Pe-ep! -TODOS: ¡Pe-ep! ¡Pe-ep! ¡Pe-ep! (Pep se saca la casaca y la itra, se lanza pero queda suspendido entre dos sillas) -PEP: Bueno, estoy un poquito bloqueado aquí, eh. -CAMILO: Bueno ¿Y si te empujo? (corre hacia Pep) -FRED: No creo que sea una buena idea. -CAMILO: Pero, ¿por qué? Si no lo puede hacer solo, hay que ayudarlo, ¿no? -TODOS: ¡Que no! -RENZO: Lo tiene que hacer por si solo. -ALEX: ¡Vamos a darle ánimos otra vez! ¡Vamos a darle ánimos otra vez! TODOS ¡Pe-ep! ¡Pe-ep! ¡Pe-ep! ¡Pe-ep! ¡Pe-ep! -MARÍA: ES DE DIA Y CUANDO ME DIJERON: VAMOS A LA CASA DEL SEÑOR. Y LEVANTANDO NUESTROS PIES, DEVUELTA A JERUSALEN. ¡Todos de pie! PASAME UNA PANDERE… (Todos miran a María serios y esta avergonzada se calla y retrocede en silencio mientras que Pep regresa a su lugar) -PEP: Stop, paren, finito. ¡Game Over! -CAMILO: De todas formas se había acabado el tiempo. -PEP: Lo ven, estaba seguro. Ahora les he decepcionado a todos. Lo siento. -ALEX: No pasa nada. No pasa nada. -FRED: Hay que decir en su favor, que pasar el último no es nada fácil. -PEP: ¡Pfff! También me hubiera bloqueado si hubiera pasado el primero. -CAMILO: Eso no se sabe, a no ser que empecemos todos de nuevo, pero al revés. -MARÍA: ¡No, por Dios, que me muero! -CAMILO: ¿Otra vez monja? ¡Déjenos un rato en paz, que me tiene harto! -FRED: ¡Camilo! Por favor, un poco de corrección… “¡COÑO DE LA MADRE!”. -RENZO: ¿Es que quiere que le de otro ataque de ansiedad a María? -CAMILO: Anda ya, si eso ha sido todo un numerito de la vieja esta. -ALEX: ¿Numerito de la vieja esta? ¿Numerito de la vieja esta? -MARÍA: Qué vergüenza, ¡decirme eso a mí! -FRED: No creo que Camilo haya querido decir eso. -CAMILO: Pues claro que sí, ¿qué pasa? -MARÍA: ¡Que arderán en el infierno, usted y su maldad! -CAMILO: ¡Maldad la del Papa prohibiendo condones! -RENZO: (indignado) ¿Y sigue encima? Mire, si no tuviera miedo de ensuciarme, ¡le daría un buen golpe! -CAMILO: Si me hace eso, ¡le vomito encima! (Renzo se corre) -ALEX: Pero qué cerdo. Pero qué cerdo. -CAMILO: ¡El cerdo te manda a ti a la mierda! -TODOS: ¡Ah! -PEP: Camilo, para. ¡Te estás pasando! -CAMILO: No puedo..(se agarra la cabeza) -MARÍA (agitando hacia Camilo la cruz que lleva al cuello) Ay, sal. ¡Sal de su cuerpo, Satán! -CAMILO: Y que lo diga, ¡Satán vive en mí! (se agarra la barriga) -MARÍA: ¡Aaaahhh! -ALEX: Esto es lamentable. Esto es lamentable. -CAMILO: Esto es lamentable, esto es lamentable. Calla lorito de mierda que me tienes harto. -PEP: No sé cómo no te parto la cara ahora mismo. ( se desliza de silla en silla amenazándolo con el dedo) -CAMILO: ¡Por las líneas pues, animal! -FRED: Basta, Camilo. El grupo se va a sentir decepcionado. -CAMILO: ¿El grupo? (camina hasta ponerse frente a frente con Fred) ¡Me cago en el grupo! ¡Porque yo digo lisuras cuando quiero, y las digo una sola vez, (señala a Alex) y no me dan miedo ni las líneas, (señala a Pep) ni los microbios, (señala a Renzo) ni su Dios bendito! (señala a María) -RENZO: ¿Lo ven? ¡Se retrató! (A Camilo) Toda la tarde dándoselas de simpático y en el fondo ¡es usted una rata! -CAMILO: Rata y de las gordas. Con todas las infecciones y virus! (persiguiendo a Renzo y este retrocede gritando) -ALEX (yendo hacia Camilo y golpeándole en la espalda) Escuche, escúcheme bien, porque no se lo pienso repetir. ( Camilo se coge la cabeza con las dos manos) Escuche, escúcheme bien, porque no se lo pienso repetir. -CAMILO:¡Qué credibilidad! -ALEX: La próxima vez que se atreva a meterse con alguien del grupo, meto un ladrillo en el bolso de María y le reviento el cabeza, ¿entendido? Camilo se queda mirando a Alex un instante, algo temeroso. -CAMILO: Nooo… (Camilo coge a Alex del brazo, lo arrastra hasta la puerta del pasillo que da al despacho del Doctor, la abre y le empuja dentro, cerrando la puerta tras él.) -FRED: ¡Pero Camilo! -CAMILO: Lo siento, pero no hay ganas de escucharlo dos veces. (Se escucha a Alex, repitiendo el parlamento en el pasillo.) -PEP (yendo de silla en silla para ponerse al lado de Camilo) ¡Déjalo salir inmediatamente! -CAMILO: Dos segundos, que ya acaba. -PEP: ¡Déjalo salir! -FRED: Y sobre todo, pídale perdón. -ALEX (gritando): ¡Déjeme salir! (Camilo abre la puerta. Alex sale. Camilo se chorrea en su silla respirando agitado) -ALEX (gritando): ¡Déjeme salir! -CAMILO: Perdón. Perdón…Perdón, Perdón -ALEX: ¡Otra vez y de verdad! ¡Otra vez y de verdad! -CAMILO: Lo siento…(se para cerca a Alex) no sé qué me ha pasado. Es que la terapia ésta me ha puesto de los nervios. -RENZO: Eso no justifica que la tome con nosotros. -CAMILO (a Pep y a Alex): Lo siento chicos, esta vez he sido un estúpido. -MARÍA: Taxista tenía que ser. -CAMILO: Oiga, ¿dónde usted tiene la caridad cristiana? -FRED: “¡EN EL TRASERO!” (La Ayudante aparece en la sala, abriendo la puerta del pasillo.) -LA AYUDANTE: ¿Hay algún problema? -TODOS: No, no, no. -LA AYUDANTE: Pero si he escuchado golpes… -TODOS (cada uno señala hacia un lugar diferente, disimulando) (La Ayudante abandona la sala, cerrando la puerta del pasillo.) -CAMILO: Hijito… hubiera querido verte triunfar. -ALEX: Yo también, sí. Yo también, sí. -RENZO: Y tanto, que nos hemos esforzado gritando su nombre. -FRED: Perdone Camilo, ¿cuántas veces le hemos nombrado al animarle? -CAMILO: Mmm… ¿cada uno? -FRED: No, en total. CAMILO: Grosso modo… pues… ¡pues no lo sé! -FRED: ¿Y cada uno? -CAMILO: ¿Cada uno? Pues tampoco lo sé. -FRED: Y usted, ¿cuántas veces usted solo? -CAMILO: Ni idea tampoco (bajando el tono) no lo he contado. -TODOS: ¿¿¿Cómo??? -ALEX: ¿Cómo? -CAMILO: Pues… ¡que no lo he contado! -MARÍA: ¿Pero cómo que mister “K-1000-0” no lo ha contado? -CAMILO: No me he dado ni cuenta, lo siento. -PEP: Eso es genial. -CAMILO: ¿El qué pida perdón? -MARÍA: (niega con la cabeza) El que no lo haya contado. Es sorprendente, viniendo de usted. -RENZO: ¿Cómo es posible que no lo haya contado, usted que lo cuenta todo y más? -CAMILO: No sé, estaba concentrado con el chico y lo único que tenía en mente es que anduviese sobre las líneas, lo demás no… -FRED: ¿Y si fuera ésa la solución? No pensar tanto en uno. Olvidarse de sí mismo. -PEP: ¿Por qué dice eso? -FRED: ¿No han percibido ningún comportamiento extraño esta tarde? -TODOS: No… -FRED: ¿Nadie? -TODOS: No. -ALEX: Pero, ¿qué comportamiento extraño? Pero, ¿qué comportamiento extraño? -FRED: Hace un rato, cuando Pep fue corriendo a buscar un vaso de agua para María que se asfixiaba… -CAMILO: ¿Qué? -FRED: Pues… que caminó sobre las líneas. -MARÍA:¡Dios! -PEP (pensativo) Anda, es verdad. -CAMILO (mirando al suelo): Y no solo piso una. Grosso modo yo diría que entre 16 y 18. -ALEX: Ya, pero ¿tú te diste cuenta o no? Ya, pero ¿tú te diste cuenta o no? PEP: No, para nada. Como María se asfixiaba, me centré en lo más urgente. -ALEX: ¡Eso quiere decir que lo has conseguido, Pep! ¡Eso quiere decir que lo has conseguido, Pep! -FRED: Pues sí. No en el momento que todos queríamos, pero has vencido a las líneas, es un hecho. -CAMILO: ¿Cuenta entonces si ha sido en el turno de otra persona? -ALEX: Sí, claro, ¿por qué no iba a contar? Sí, claro, ¿por qué no iba a contar? -RENZO: Lo principal es el resultado. -CAMILO: Entonces yo también, porque no he contado las veces que hemos animado a Pep, cuando fácilmente han sido 125. -MARÍA: Pues dos de seis, no está mal, ¿verdad? Al final no es tan malo como parecía. -CAMILO: ¡Se lo parecería a usted! -MARÍA: No tenía fe, cierto. Pero ante la evidencia, admito que dos de seis está muy bien. -ALEX: Y tres aún mejor. Y tres aún mejor. -PEP: ¿Tres por qué? ¿Hay un tercero? -ALEX:: Tercero no. ¡Tercero! Tercero no. ¡Tercero! -TODOS: ¿Quién? -ALEX: Usted, Renzo. Usted, Renzo. -RENZO: ¿Yo? -ALEX: Hace un rato, cuando me puse a llorar, se acercó a darme ánimos agarrándome las manos así fuerte y luego no se las lavó. -RENZO: ¿En serio? -ALEX: Hace un rato, cuando me puse a llorar, se acercó a darme ánimos agarrándome las manos así fuerte y luego no se las lavó. -MARÍA: ¿Y por qué no se lavó las manos? -RENZO: Es cierto que siempre me lavo las manos cuando alguien me toca o cuando yo toco a alguien. Pero en ese momento no se me pasó por la cabeza, no sé por qué. -PEP: Pero entonces, ¡lo que está pasando aquí es muy grande! Creíamos que nadie lo había conseguido y finamente es lo contrario. -FRED: Yo sí lo sé. Es porque al cogerle la mano a Alex le ha dado usted su amistad. Y la amistad nunca es sucia. -CAMILO: Qué bonito, Fred. Vamos, ¡ni Antonio Gala! (Pausa) Ya ven. A lo tonto, a lo tonto… ¡50 % de éxito! -RENZO: ¡Esta sesión de reajuste es maravillosa! Bueno, voy al baño, un momento (coge el dispensador de jabón y se va al baño.) -FRED: “¡COÑO PANA!”. (María se santigua.) -RENZO: (Renzo vuelve del baño.) Acabo de acordarme de otra persona que se olvidó de su TOC durante un segundo. -TODOS: ¿Sí? ¿Quién? -RENZO: María. -MARÍA: ¿Yo, en serio? Ay, Dios mío, ¡qué maravilla! ¿Y cuándo ha sido eso? -RENZO: Hace un momentito de nada, sin darse cuenta, por supuesto. Cuando Alex amenazó a Camilo con meter un ladrillo en su bolso y partirle el cráneo. -CAMILO: Cierto, me acuerdo. -FRED: Es posible, pero ¿y qué? -RENZO: Pues que María no registró su bolso. (María registra su bolso.) -ALEX: Pero, ¿por qué hubiera tenido que hacerlo?. Pero, ¿por qué hubiera tenido que hacerlo? -RENZO: Pues porque cuando se dice la palabra bolso, María se lanza sobre el suyo para registrarlo. Es como un reflejo. Ahí tienen, la prueba palpable. ¿Se acuerda usted por qué no lo registró en aquel preciso momento, María? -MARÍA: A decir verdad, estaba tan indignada con el taxista que ni lo pensé. -PEP: Si admitimos entonces que María ha vencido a su TOC, entonces solo nos quedan dos: Usted Fred y Alex -FRED: Sí, pero ya les dije que yo no cuento. -PEP: En ese caso intentemos recordar si Alex olvidó repetir algo. -ALEX: Que va, si lo he repetido todo-todo desde el principio. Que va, si lo he repetido todo-todo desde el principio. -PEP: Espera, no te des por vencido antes de empezar. -CAMILO: Comunidad LGBT (levanta las manos) Presente -PEP: A veces te pones tan pesado… -CAMILO: Relaja tío. -PEP: Alex, ¿estás seguro que desde que llegaste lo has repetido absolutamente todo? Pero, ¿todo-todo-todo? -ALEX: Todo-todo-todo. Todo-todo-todo. -FRED: Todo excepto dos letras. -MARÍA: ¿Qué letras? -FRED: Unas simples silabas: Pi. -ALEX: ¿Pi? ¿Pero eso cuándo ha sido? ¿Pi? ¿Pero eso cuándo ha sido? -RENZO: ¡Ah, sí! En el turno de Camilo. Cuando dijo 3,1416. -CAMILO: Y eso que os libré de la lista entera de los decimales, que no se acaba nunca -ALEX: ¿Pero dos letras, eso cuenta? ¿Pero dos letras, eso cuenta? -PEP: Pues claro que cuenta. -CAMILO: Pues yo ya sé porque él no repitió el ‘Pi’. Piénsenlo. Si Alex hubiera repetido PI, hubiera dicho PIPÍ y él es demasiado educado como para soltar eso por la boca. -FRED: Alex… -ALEX (muy rápido): ¿Sí, sí? -FRED: En el alfabeto, después de la J viene la… -ALEX: K – K. -CAMILO: Nada, no he dicho nada. -RENZO: En mi opinión, pasa lo mismo que con nosotros. Alex estaba metido en el fuego de la acción, concentrado con Camilo y durante un segundito se ha olvidado de su TOC. -ALEX: Un segundo no es mucho que digamos. Un segundo no es mucho que digamos. -PEP: Cierto, pero ¿cuántas veces te ha pasado en los últimos diez años? -ALEX: ¿Grosso modo? (Camilo se ríe) Nunca. ¿Grosso modo? (Camilo se ríe) Nunca. -PEP: Entonces ese segundo tiene mucho valor, porque es… como una chispa de esperanza. ¿Lo comprendes?. Si lo comprendes, respóndeme ‘sí’, pero una sola vez, por favor. -ALEX: Sí. ( se tensa pero al final consigue retenerse y decirlo sólo una vez. Todo el mundo aplaude. María se acerca y le da un beso. Camilo también. Fred lo coge de las manos felicitándolo. Pep le da un fuerte abrazo.) -PEP: Al final, no nos ha salido mal la jugada, así entre nosotros. -ALEX: Y no creo que el Doctor Cooper lo hubiera hecho mejor, sinceramente. -TODOS: Exacto. -ALEX: Y no creo que el Doctor Cooper lo hubiera hecho mejor, sinceramente. -TODOS: Exacto. -FRED: Me da la sensación que nos vamos a ir todos a casa con muy buen sabor de boca y una gran esperanza para el futuro. -RENZO: Estoy segurísimo que en algún momento ha conseguido controlarse. ( abre la ventana.) -CAMILO: Pues mira, a lo mejor tiene razón. -FRED: ¿Ah, sí, cuándo? -CAMILO: No sé, déjeme pensar dos segundos. (Se hace un silencio. Todos se ponen a pensar. Camilo se dirige a Fred para decirle algo señalándole con el dedo.) -FRED (esperanzado): ¿Sí? (Camilo se echa hacia atrás, con un gesto de negación de la cabeza.) -FRED: Lo ven. Lo sabía. (Un joven secretario aparece en vez de la ayudante en la sala de espera.) -EL SECRETARIO: He hablado con el doctor. Se acaba de bajar del avión y viene de camino. -CAMILO: Y tu eres… -EL SECRETARIO: Bueno, la señorita Anna tuvo que ir a dar el encuentro al doctor al aeropuerto. En su lugar me llamo a mi. Soy Luis. -FRED: “¡CONCHALE MADRE!” -EL SECRETARIO: Les pido que disculpen todos estos contratiempos ajenos a la voluntad y espero que puedan quedarse a la consulta. -CAMILO: ¿Pero dónde está? -EL SECRETARIO: En Chorrillos, en un taxi. -CAMILO: ¿A esta hora con el tráfico? ¡Mínimo 60 minutos! -MARÍA: ¿Tanto? Imposible, pierdo el tren que necesito tomar. -CAMILO: Pero si ya lo ha perdido. Y hace 10 minutos. -MARÍA: ¿No me pudo haber avisado? -CAMILO: Avisada queda: ¡lo perdió! -MARÍA: Desde luego es usted… -CAMILO: Un genio, ya lo ha oído. ¿A ver, adónde va? -MARÍA: Al Callao. -CAMILO: Uy, en la zona dos. El taxi le va a costar un riñón. Venga, que no soy mala gente, la llevo. -MARÍA: No pienso pagar un taxi. -CAMILO: No se preocupe, que no voy a poner el contador. -MARÍA: ¿En serio? Muy amable entonces. (Camilo recoge sus cosas dispuesto a irse). EL SECRETARIO: ¿Entonces no esperan al doctor? -CAMILO: Pues no. Ya hemos esperado hoy bastante. Pero, ¿puede darle un recado de mi parte? EL SECRETARIO: Por supuesto. CAMILO: Déle las gracias por no haber venido. Porque no sé lo que habríamos hecho con él, pero me extraña que hubiera sido mejor… ¡de lo que hemos hecho sin él! -TODOS: ¡Bravo! (Todos aplauden a Camilo.) -MARÍA: Dígale también que aunque yo me puse en contra al principio, ahora estoy encantada de la vida. EL SECRETARIO: Muy bien, se lo diré. -FRED: De mi parte puede decirle que su retraso ha sido un “¡COÑAZO!”. No, bueno, que su retraso… En fin, déjelo, ya se lo diré yo en persona. -CAMILO: ¿Usted se queda? (Renzo se va al baño.) -FRED: No olviden que estoy jubilado. Tengo todo el tiempo del mundo y no quiero renunciar a la consulta, aunque solo sea por ver lo que va a decirme el ‘famoso especialista’. Pero estoy seguro que será menos efectivo que con vosotros. -MARÍA (al secretario): Por cierto, ¿le debemos algo? -EL SECRETARIO: No. Por supuesto que no. -ALEX: ¡Mejor que mejor! ¡Mejor que mejor! (el secretario abandona la sala de espera.) -CAMILO (a Alex y a Pep): ¿Los llevo, chicos?. Aprovechen, que hoy pongo el taxi en barra libre. -ALEX (colocando varias revistas en el suelo delante de Pep, para que pueda salir de la sala) Genial, gracias. Genial, gracias. -PEP: Te pasaste, Camilo. -CAMILO: Pues nada. Vamos. (Renzo sale del baño) ¿Lo llevo a usted, Renzo? -RENZO: No gracias, voy en mi coche. -CAMILO: Una ambulancia, seguro (se ríe) Bueno Fred, pues nada. Hasta la vista. -FRED: “PUTILLO!” -CAMILO (dándole una tarjeta): Gracias Fred, muy amable. Yo tampoco podré olvidarle nunca. Tenga, le doy mi tarjeta. Si alguna vez necesita un taxi, no me llame porque estará ocupado. Pero en cambio, si necesita un amigo, el número es el mismo. -FRED: Gracias Camilo. (Fred y Camilo se dan primero la mano, para darse después un abrazo.) (Camilo le ofrece una tarjeta a Renzo.) -RENZO: ¡En el bolsillo! -ALEX:(Alex le da un abrazo a Fred) Encantado de haberle conocido, de verdad. Encantado de haberle conocido, de verdad. -FRED: Yo también, hijo, yo también -CAMILO (a Alex mientras reparte sus tarjetas): Toma, para ti van dos. (Alex se encoge de hombros, sonriente.) -PEP (dándole un abrazo): Aunque esta mañana no nos conocíamos, desde esta tarde será usted… alguien importante en mi vida. -FRED (Fred le da a Pep un golpecito en la mejilla): Lo mismo le digo, Pep. (Pep coloca la otra mejilla. Fred le da otro golpecito y Pep hace su ya famoso gesto simétrico.) RENZO: ¡Fred! Quería decirle solamente que aunque nosotros no nos hayamos dado cuenta, estoy segura que en algún momento ha vencido a su TOC. -FRED: Gracias Renzo. Me toca usted en lo más hondo. -RENZO: Pues mire qué bien. Por una vez… consigo tocar a alguien. (Renzo, Pep y Alex se van. María se coloca en la cabeza un pañuelo, impreso con el rostro del Papa.) -RENZO: Adiós.( saliendo por la puerta) -PEP: Adiós. -ALEX: Adiós-Adiós-Adiós. Adiós-Adiós-Adiós. . -MARÍA (a Fred): Permítame hacerle un regalito. -FRED: Con mucho gusto. -MARÍA: Es una estampa del Padre Pío. -FRED: Gracias María, la llevaré siempre encima… por las dudas… -MARÍA: Va sin garantía de milagro, pero seguro que le ayuda. -CAMILO: Venga María, Alex y Pep ¡vamos que nos vamos! (Camilo, Pep, Alex y María salen. Fred se queda solo.) OSCURO EPÍLOGO (En la sala de espera, Fred ordena sus documentos, como al principio de la obra. FRED) -FRED: “¡BASURA, BASURA!” (La Ayudante y el secretario aparecen en la sala de espera.) -LA AYUDANTE: ¿Nos ha llamado, Doctor? -FRED: No, pero ya que estás aquí, toma. He acabado las notas. Haz que las pasen al ordenador, Anna y después, Luis, las envías con los originales a mi despacho de Viena. -EL SECRETARIO (mientras recoloca las sillas en su sitio): Muy bien, Doctor. ¿Ha sido un buen grupo, no? Bueno, lo poco que pude ver. -FRED: Un grupo excelente. El mejor de este año. Yo creo que ha sido mejor que el de Bruselas e incluso yo diría mejor que el de Roma. -LA AYUDANTE: Ya sabe que, aunque sea políglota, usted es mucho mejor cuando trabaja en su lengua materna. Aunque, bueno, aquella sesión de París de hace dos años no estuvo mal. -FRED (nostálgico): Ah… ¡París! -EL SECRETARIO: Por cierto. El martes que viene tenemos la sesión en Londres -FRED: Of course! (La Ayudante y el Secretario se van. Fred se queda mirando al público.) “Fuck you!” FIN

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